Sin
duda, la labor de este sultán hubiera sido más importante, de no haber muerto
con sólo 36 años en 1354, asesinado por “un demente”, mientras oraba en la
mezquita aljama de Granada, según cuenta Ibn al Jatib, quien fue su visir. A su
muerte, asumió el trono su hijo Muhammad V con tan sólo 16 años, llamado a ser
el mayor y, al mismo tiempo, el más audaz constructor de la Alhambra.
Para
empezar completó el palacio de Comares, iniciado por su padre pero obra suya si
se exceptúa la gran torre y parte de la sala de la Barca. También remodeló la
medina alhambreña y la puerta del Vino que da paso a ésta, colocando su nombre
en la fachada, pese a que el arco había sido levantado décadas antes por
Muhammad III. Asimismo se piensa que pudo empezar, siendo aún adolescente, el
palacio de los Leones, en concreto la sala de las Dos hermanas, presuntamente
para colocar en ella su trono real. Y poco más pudo hacer porque, con sólo 21
años, su hermanastro Ismaíl le arrebató el poder en 1359. Gracias a la ayuda de
Ibn al Jatib, Muhammad V consiguió huir a la corte de Fez, en Marruecos, donde,
según parece, estudió con gran interés las grandes construcciones meriníes
levantadas unos años antes.
![]() |
Panorámica de Fez, refugio de Muhammad Ven el exilio. Fuente: http://www.fez.net |
No hay comentarios:
Publicar un comentario