jueves, 5 de septiembre de 2013

Tocando con los dedos el Paraíso (VI)


Combate entre moros y cristianos, detalle de una miniatura de las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio (siglo XIII). Facsímil de la Biblioteca Nacional de Madrid


Pero la situación era mucho más complicada para él. Al mismo tiempo, le llovían problemas en sus propias filas: los arraeces Asquilula, familia nobiliaria emparentada con él y a la que había entregado el control de gran parte de su reino, en concreto las serranías de Málaga y la Hoya de Guadix, se habían puesto de acuerdo con el rey castellano para minar el poder del emir granadino. De nada le sirvió a éste sellar una alianza parecida con un grupo de nobles castellanos, los llamados “desnaturados”, rebeldes a Alfonso X que pidieron y hallaron refugio en Granada. Éstos pronto lo abandonaran a su suerte, mientras los Asquilula seguirán fieles a Castilla. El resultado fue que, hacia 1273, el Reino Nazarí parecía al borde del vacío cuando apenas había echado a andar. Y si no se produjo tal catástrofe fue porque Alfonso X estaba demasiado distraído como para ocuparse debidamente de Granada, en su pugna por la corona del Sacro Imperio Romano que se disputaba en Alemania.

Escudo del Sacro Imperio Romano.
Si hemos aludido a estas circunstancias históricas en una obra centrada en la Alhambra, es porque, sin duda, impedirían al sultán fundador de la dinastía concentrarse más, como hubiera sido su deseo, en levantar su soñada ciudad palatina. De ello se encargarían sus sucesores en los siguientes cien años, periodo en el que, básicamente, quedó completado tanto el entramado intramuros como los espacios exteriores. 

No hay comentarios:

Alhambra inadvertida: Al borde del Extasis

Sueño, fantasía, visión maravillosa, belleza indescriptible... son algunas de las palabras que pueden pasar por la mente de quien contempla,...