viernes, 1 de febrero de 2019

Larvas de avispa (III)


Aldea tai lue. Fuente: www.yunnanexploration.com

El tío de Inari dormita bajo el alero de bambú de su casa acunando una botella de vino de arroz. Pese a lo temprano de la hora, ya está beodo; como siempre. De modo que el muchacho sonríe y ni siquiera lo despierta. Busca algo en el cobertizo, un fardo que contiene bolas de cera para fabricar antorchas. Toma una, la más grande, un viejo arnés para subir a las palmeras y un rollo de cuerda de cáñamo.
-      Vale, tengo todo lo que necesito –dice Inari en tono de experto, sin añadir nada más. Escamada con tanto misterio, Chang replica con desdén:
-   No está bien robar a la gente, ni siquiera a un tío borracho, ya lo sabes.
-     Bah, eres una metomentodo. Mi pobre tío no necesita hacer antorchas ya. Hace tiempo que no merodean tigres por aquí.
-    Sí, por aquí hay uno que se llama Inari, graurrr… -ríe Chang mientras le busca las cosquillas a su prometido. Inari, en efecto, de repente ruge como un tigre. Las cosquillas son casi el único medio de alterar al apacible chico.
-    ¿Quieres que te mate? –dice el chico con ojos de fiera, aunque no tarda en calmarse; se siente secretamente orgullos de que Chang le compare con el poderoso felino.


Poco después caminan por una pista que serpentea entre dos brazos de agua, junto a un gran higuera a la que llaman el Árbol de los loros. No hay lugar en Sipsong Panna con mayor variedad y cantidad de estas aves. Inari recuerda entonces que le falta algo que puede hallar bajo aquel árbol de casi 30 metros de altura y enormes raíces aéreas que conforman, por sí mismas, un pequeño bosque. Se agacha y recoge un plumón azul de papagayo.
-      Mira, ¿a que es preciosa?
-      Qué tontería….
-    Vamos, aquí cerca hay un platanar, ahora estará en flor, es el momento ideal para tender la trampa.
-      ¿Una trampa, es que vas a cazar un oso?
-     Deja en paz a los osos, es algo mucho peor –agrega Inari abriendo los ojos en un gesto sibilino-. Además también necesito…esto… -y le planta delante de la cara un saltamontes que acaba de atrapar.
-  ¡Aparta ese bicho asqueroso! –grita Chang retrocediendo.
Camino del cercano platanar, la chica piensa: “¿Qué se propondrá hacer? ¿Salto de pértiga con saltamontes? Qué disparate…”.



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