jueves, 25 de abril de 2013

Un crítico artículo de Fernando de Villena

Edito en mi blog un artículo de mi apreciado Fernando de Villena, sobre la deriva de la Cultura de la Subvención, abocada irremediablemente a la mediocridad. Según su autor, su deseo es que se difunda lo más posible. Por eso, pido a quien lo  lea y esté más o menos de acuerdo con sus términos que le dé la máxima difusión posible en internet o por cualquier otro medio. 


CULTURA Y MEDIOCRIDAD

                  Recientemente, la segunda cadena de Televisión Española viene programando algunas películas francesas actuales. Bastantes de las mismas, ya sean comedias o dramas, poseen una gran calidad e incluso alguna de ellas como “Joyeux  Noël”, del director Christian Carion, puede calificarse como obra maestra.
                  Después de ver estas cintas, cualquier español con espíritu crítico llegara a la conclusión de que existe una abismal diferencia entre ese cine realizado más allá de los Pirineos y la mayor parte del que se hace en España. Aquí faltan ideas, sobra grosería y mediocridad, y los ejemplos más representativo de cuanto afirmo  son las películas de Pedro Almodóvar.
                  Pero lo verdaderamente grave del asunto es que ese tipo de cine español (tan lejano, ¡ay!, del que rodaron Barden, Berlanga, Buñuel , Martín Patiño o Saura) esté tutelado, mimado, subvencionado por el Ministerio de Cultura.
                  Como se puede leer en un lúcido artículo publicado en la revista LITERATURAS.COM,  la alta cultura española de las seis últimas décadas ha estado alentada por la CIA (antes de la Democracia) o por los Servicios Secretos del Estado (en la etapa democrática). No sé si esto será cierto, aunque existen libros que lo demuestran de manera palmaria como el de Frances Stonor o el de Olga Blondys (ambos demoledores), pero lo que resulta meridianamente claro es que desde los numerosos organismos gubernamentales dedicados a la cultura se apoya y se mima la mediocridad, la falta de crítica, la sumisión, lo insípido, y ello no sólo en cine, sino en todas las artes y las letras.  Todo lo cual se lleva a cabo mediante el bochornoso sistema de premios corruptos y subvenciones, mediante los suplementos y páginas culturales de los diarios vinculados a los dos partidos mayoritarios y mediante el silenciamiento de toda disidencia.
                  Esta nefasta política ha llenado el panorama cultural de falsos valores. Nunca en nuestra historia existió una distancia mayor entre lo que verdaderamente posee calidad y lo que se nos ofrece como paradigma. Los creadores valiosos hoy permanecen en el anonimato, salvo en algunas contadas ocasiones como los casos de Alejandro Amenábar o Arturo Pérez Reverte. Este último une espíritu crítico, calidad y reconocimiento. ¿Cómo es que no se lo silenció al igual que al resto de quienes cultivan con dignidad y con estilo propio su arte o su literatura? Sencillamente: porque Pérez Reverte fue muy conocido como corresponsal de guerra y como presentador televisivo antes que como novelista. Con ello puenteó la férrea censura española de nuestro tiempo.
                  Y como ejemplo máximo de esa mediocridad elevada artificialmente desde el poder está la obra de J. M. Caballero Bonald, ganador este año del premio Cervantes, un premio cada día más desprestigiado. Pero está claro: no nos vamos a exiliar a Francia a pesar de que en nuestro país la gente, cada vez más manipulada, siga aplaudiendo el traje nuevo del emperador. Aquí tenemos el rioja, el sol, los amigos…


                                                                                                 Fernando de Villena.   



miércoles, 3 de abril de 2013

Alfonso X, padre de la lengua española


Alfonso X, retratado en sus famosos Cantigas.

Tal día como hoy, un 4 de abril de 1284,  murió en Sevilla Alfonso X, rey de Castilla, después de realizar una ingente labor en favor de la Cultura y la Lengua españolas que le ha reportado el epíteto de El Sabio. Monarca convencido del valor de los libros y por ello singular mecenas, no dudó en contratar a los mejores eruditos árabes y judíos, sabedor de que atesoraban una cultura superior a la suya, heredera de los romanos y los griegos; también fue un rey belicoso que no perdonaba a los musulmanes en el campo de batalla; su interés por la Cultura no le restaba tiempo para pugnar por el trono del Sacro Imperio Romano, convencido de su derecho a esta vieja corona, que no consiguió finalmente. Pero el mayor logro, sin duda, de este personaje ha resultado más imperecedero que todos los castillos que pudiese conquistar: haber asentado los muros de la lengua y la literatura castellana. Se sabe que si bien no era autor de los libros que mandó traducir, sí los supervisaba personalmente, con lo que su labor correctora resultó decisiva a la hora de fijar la lengua castellana que nosotros, y muchos otros hispanohablantes, íbamos a tener. Pero, para saber cómo era ese español antiguo, lo mejor es mostrar un párrafo de la Estoria de España que mandó componer el rey Sabio, en el que ensalza de todo corazón a su país:

E cada una tierra de las del mundo et a cada provincia honró Dios en señas guisas, et dio su don; mas entre todas las tierras que Él honró más, España las de occidente fue; ca a esta abastó Él de todas aquellas cosas que omne suel cobdiciar. Ca desde que los godos andidieron por las tierras de la una part et de la otra probándolas por guerras et por batallas et conquiriendo muchos logares en las provincias de Asia et de Europa, assí como dixiemos, provando muchas moradas en cada logar et catando bien et escogiendo entre todas las tierras el más provechoso logar, fallaron que España era el mejor de todos, et mucho'l preciaron más que a ninguno de los otros, ca entre todas las tierras del mundo España ha una estremança de abondamiento et de bondad más que otra tierra ninguna. (...) España sobre todas es engeñosa, atrevuda et mucho esforçada en lid, ligera en afán, leal al señor, afincada en estudio, palaciana en palabra, complida de todo bien; non ha tierra en el mundo que la semeje en abondança, ni se eguale ninguna a ella en fortalezas et pocas ha en el mundo tan grandes como ella. España sobre todas es adelantada en grandez et más que todas preciada por lealtad. ¡Ay España, non ha lengua nin engeño que pueda contar tu bien! (...) Pues este regno tan noble, tan rico, tan poderoso, tan honrado, fue derramado et astragado en una arremessa por desavenencia de los de la tierra que tornaron sus espadas en sí mismos unos contra otros, assí como si les minguasen enemigos.

Manuscrito de la Estoria de España.


Alhambra inadvertida: Al borde del Extasis

Sueño, fantasía, visión maravillosa, belleza indescriptible... son algunas de las palabras que pueden pasar por la mente de quien contempla,...