lunes, 30 de junio de 2014

Inspiración Cero (metapoesía de la Nada)


Hay momentos, como el actual, en los que no puedo escribir. Tengo proyectos (un libro de cuentos por terminar, por ejemplo) y no puedo atenderlos porque no encuentro las ideas necesarias en mi mente bloqueada. Peor aún que no hallar ideas es no encontrar esas palabras que en otras situaciones surgen con fluidez. No hay explicación posible para tal sequía, no se trata de mi estado de ánimo, ni de mi falta de capacidad (en otros momentos claramente sobrada). Podría tratarse de letargo de las neuronas literarias, intimidadas, tal vez, por un exceso de auto exigencia, pero podía ser cualquier cosa. En estas situaciones, lo mejor es olvidarse para no caer en la desazón y tratar de escribir algo, lo que sea, para engañar al jodido orgullo. O, más fácil aún, rescatar un viejo escrito como este poema que publico hoy, que habla, precisamente, de lo que digo. Lo compuse hace tiempo en otro momento similar y, advierto, tiene doble sentido: por un lado, se refiere a la falta de inspiración y, por otro, a una suerte de masturbación mental que se apodera de mi ánimo en esta tesitura. Eso demuestra que se puede escribir de todo, incluso de la terrible sensación de no poder escribir nada. 
El poema es muy breve y dice así:

INSPIRACIÓN CERO

Lloronas las horas
pesan sobre mi pluma.
Perezosa,
niégase a vibraren la hoja,
Lobuna, 
refleja un rayo de luz de luna
sobre su lomo de nácar rosa. 


miércoles, 25 de junio de 2014

Google y las letras del alfabeto


Hoy estoy con el día tonto y he decidido hacer un experimento "sociológico" valiéndome del omnipotente navegador Google (que parece tener todas las respuestas) y encierra, como se verá, más de un misterio. Mi experimento consiste en poner en la barra de búsqueda sólo las vocales del alfabeto, pero sin darle al enter, sólo para ver qué información encabeza la lista de sugerencias. Así:



Por supuesto, ha de ser el buscador de España (en sus cuatro idiomas oficiales), porque, como he podido comprobar, es imposible acceder a otros de idiomas diferentes desde mi ordenador español. El resultado (sea en castellano, catalán, gallego o vasco) resulta bastante llamativo:

  • a: As (diario deportivo)
  • b: BBVA
  • c: Carrefour
  • ch: Chat Terra (chat de esta plataforma multimedia)
  • d: Dropbox (alojamiento informático)
  • e: El tiempo
  • f: Facebook
  • g: Gmail
  • h: Hotmail
  • i: Instagram
  • j: Junta de Andalucía
  • k: Kayak (buscador turístico)
  • l: La Caixa
  • m: Marca (diario deportivo)
  • n: Noticias
  • ñ: Ñengo Flow (cantante puertorriqueño de reggaeton)
  • o: Outlook
  • p: Pull and Bear
  • q: Quiniela
  • r: Rojadirecta  (canal TV online mejicano)
  • s: Series.ly (plataforma para compartir vídeos on line)
  • t :Traductor
  • u: Unicaja
  • v: Vodafone
  • w: Wordreference (diccionario on line)
  • x: Xalaca (plataforma informática)
  • y: Youtube
  • z: Zara
Y ahora, siguiendo con este jueguecito, voy a exponer una serie de datos que ni siquiera pretenden ser conclusiones, pero algo hay que decir.
Como se ve, encabezan la lista las plataformas relacionadas con aplicaciones informáticas, con 8 ejemplos, sobre todo redes sociales, lo cual tiene mucha lógica. Se supone que son "indesbancables".
Después, con 3 resultados, webs relacionadas con el deporte, con dos diarios futboleros y una plataforma de tv mejicana dedicada al balompié. Tampoco resulta extraño, dado el grado de futbolitis de este país. También hay tres bancos, pero ¿por qué precisamente estos bancos y no otros? ¿Por qué aparece Unicaja en la u y no el Santander en la s, un banco mucho más potente? 
Llamativo, sin duda, resulta ver en la lista al tal Ñengo Flow (un regetonero de Puerto Rico) en relación a la españolísima letra ñ. Mucha más lógica tiene la aparición de la web Kayak para encontrar vuelos u hoteles, o las presencias de Carrefour o Vodafone, dos multinacionales con muchos clientes.
Si restamos a estos resultados las dos cadenas de ropa, nos quedan ya sólo webs o buscadores que cumplen, más o menos, un servicio público y no están centrados puramente en intereses comerciales. Pero ¿cuántos? Pues sólo seis, la Junta de Andalucía (¿tanta relevancia para la web de una autonomía?), un buscador del tiempo, otro para noticias, otro para las quinielas, un diccionario y el traductor de google.
Para mí seria mucho más lógico encontrar más entradas generalistas, como "política" en la p (lugar ocupado por Pull and Bear), China en la ch, Brasil (ahora que hay mundial) en la b, cine en la c, hotel en la h, wikipedia en w, ministerio para la m, etcétera. Y, por supuesto, la definición de las propias letras. O que apareciese twitter en la t como aparece facebook en la f. 
Antes de que alguien se me eche encima y diga que estoy alucinando o pergeñando una de tantas teorías conspirativas, advertiré que esto sólo es un experimento un tanto extravagante, nacido del aburrimiento y el azar, y los resultados a los que me refiero sólo aparecen en la barra sin pulsar el enter. Si se pulsa el enter, la cosa cambia y es aún más desconcertante. Pruebe el que quiera. 

viernes, 20 de junio de 2014

A la mierda el fútbol

Hace unos meses escribí en este mismo blog un artículo sobre fútbol. Ahora que lo he releído, he visto que en él me mostraba demasiado condescendiente con este deporte; o, mejor dicho, con este espectáculo de distracción masiva. 
Pues bien, siempre se puede rectificar y, visto lo visto, ya no pienso de modo tan ingenuo y no me queda más remedio que  afirmar que el fútbol, tal cual realmente es, se ha convertido en un instrumento de manipulación masiva. Me temo que, tal como sostenía en el anterior artículo, queda muy poco en él de deporte y mucho menos de práctica saludable. Más allá de la infancia, desde el momento en que dejamos de jugar en el patio de colegio para pasar a contemplarlo en el televisor, toda la inocencia que pudiese tener su saludable práctica se diluye para convertirse en una actividad adocenante y lobotomizadora.

Ya sé que tan rotundas afirmaciones se oponen radicalmente al viento dominante, que coloca al fútbol como la nueva religión, ésa según la cual si España volviese a ganar el Mundial, tal como nos repetían machaconamente, seríamos el pueblo elegido, de nuevo. Para poner velas a este santo, se le ofrecieron a los jugadores 730.000 euros de prima a cada uno, lo que sumaría alrededor de 20 millones de euros en total, quizás más; o sea el doble que a cualquier otro equipo, incluido el brasileiro. Pues bien, no ha bastado la fe en la victoria (hace falta algo más que fe) ni el aliciente para animar a los ya millonarios futbolistas; hemos caído a lo grande, incurriendo en el más espantoso ridículo y ahora toca mirar al suelo, el lugar donde realmente nos encontramos. España, también en balompié, está hecha unos zorros y eso debería servirnos de reflexión para levantarnos; levantarnos del suelo y luchar por nuestros derechos esquilmados por una política teledirigida por los bancos extranjeros, los fondos de inversión, las agencias de ráting y sus cómplices nacionales.  
Y yo me pregunto si este batacazo, que sin duda habrá resquebrajado la fe en el dios balón de tantos millones de españoles, servirá para algo. Sólo digo, ójala, aunque resultará difícil, pues la máquina del deporte de salón y lata de cerveza no para nunca de vomitar basura ni jamás pide responsabilidades por los pecados extradeportivos (dóping, contratos fraudulentos, partidos amañados, etcétera). No, eso iría en contra de la credibilidad y hasta de la seguridad nacional.


Pues bien, este Mundial de Brasil sigue y, con él, la obscenidad moral en que se ha convertido el fútbol de masas. Pese a los esfuerzos por disimular el descontento social en contra del despilfarro de 40.000 millones de dólares que podrían haber ido a parar a problemas sangrantes y más urgentes, pese al peregrino argumento de que no se deben mezclar deporte y política (más gastado que el chupachups de Tutankammon), miles de manifestantes se concentran cada día frente a los estadios con lemas tales como "Ya tenemos circo, ahora nos falta el pan" o "FIFA, jódete, devuélvenos el dinero". ¿Cómo estarán las cosas para que surja un movimiento así en un país que adora el fútbol y lo considera su seña de identidad? Deben estar muy mal, debe haber quedado meridianamente clara para una buena parte de los brasileños la enorme distancia que media entre la política de Dilma Rousseff y la inmensa mayoría de su población. Ya se sabe que los escasos ricos en ese país lo son mucho. Y lo curioso es que esta señora, con pinta de maruja trasnochada, es jefe de un gobierno nacido del Partido de los Trabajadores (comunista, al menos en teoría), lo cual no le ha impedido caer subyugada por el canto de sirena (léase maletines y puertas giratorias) de los grandes cenáculos financieros y de las multinacionales que esquilman, especialmente, Latinoamérica. Así, Dilma y sus secuaces, siguiendo escrupulosamente las recomendaciones de los hombres de negro, imponen sin pestañear a sus votantes brutales recortes para despilfarrar ese hachazo a la hucha común en estadios que han llegado al inicio del mundial cogidos con pinzas. 

Dilma Roussef a lo suyo: usar los medios de comunicación oficiales para mentir.
Y, si hay protestas, demostrando una cintura democrática admirable, simplemente echan mano de la porra y hasta de la pistola. De la porra para machacar cualquier manifestación de protesta (propiamente como la república bananera que es Brasil); de la pistola, en una operación que aplaudirían los nazis, para asesinar niños de barrios conflictivos. Sí digo bien, asesinar como a ratas a pobres niños marcados por la miseria y olvidados por todos, cuya único delito es no haber visto otra cosa en su vida que delincuencia y malos tratos, sin más ayuda del gobierno para salir de ese callejón sin salida que un tiro en la nuca. Aquí una noticia bien fundamentada, aunque oculta por los grandes medios, de lo que afirmo. 


¿Cuál es la razón de esta barbarie? Ni más ni menos que la de evitar que esos pequeños delincuentes espanten a los turistas, a esos visitantes panzudos que llegan para gritar furibundos en los estadios y ver culos en las playas. Esta voluntad de salvaguardar a tan selecta clientela les ha llevado, además, a desahuciar a cientos de miles de ciudadanos pobres porque sus cochambrosas viviendas caen cerca de los estadios o en zonas turísticas. Sin avisar, con nocturnidad y con indemnizaciones irrisorias. Bien distinto ha sido el tratamiento en los barrios ricos cercanos.
Por todo esto y por algo más, por la comisión de asesinatos e injusticias que conlleva, voy a gritar fuerte y alto: ¡A la puñetera mierda el fútbol y el mundial! Y me alegro de la eliminación, al menos nos ahorraremos unos cuantos millones y, lo que es mejor, ya los defensores del régimen de corruptos no podrán argüir ese sofisma tan de su gusto según el cual si la selección va bien, España va consecuentemente mejor. 

jueves, 12 de junio de 2014

Nebraska (2013): conmovedoramente sencilla




Ayer mismo vi la estupenda película Nebraska (2013), una historia capaz de sacarle todo el partido a la sencillez cinematográfica. Para empezar, está rodado en blanco y negro, lo que le otorga una sobria elegancia, especialmente visible en las panorámicas que, de tanto en tanto, a modo de transiciones, se ofrecen del profundo Medio Oeste estadounidense. Después, la dirección de actores es simplemente magistral, destacando entre ellos la interpretación de Bruce Dern, eterno secundario que aquí demuestra su enorme potencial y borda el papel del anciano Woody Grant, como reconoció el jurado del pasado festival de Cannes al concederle la Palma de Oro al mejor protagonista. No así la academia de Hollywood, que sólo le reconoció como candidato. 
Aparte de Dern y sus otros compañeros de reparto, el principal responsable de esta obra maestra de cine independiente es su director Alexander Payne, autor de otras cintas maravillosas que hablan de gente corriente, como "Entre copas" (2014), magnífico melodrama protagonizado por Paul Giamatti, "A propósito de Schmidt" (2005), donde el protagonista es un viejo conocido de Dern, nada menos que Jack Nicholson, o "Ruth, una chica sorprendente" (1996), triste pero conmovedora historia de una yonki protagonizada por la hija de Bruce, Laura Dern. En todas ellas, el cineasta demuestra una innata habilidad para, con un bajo presupuesto, lograr historias muy creíbles gracias, sobre todo, a cuidados guiones, entre la comedia y el drama, y a interpretaciones muy logradas. Pero es en ésta, Nebraska, donde alcanza, a mi entender, su cénit. Por cierto que parecer ser que el principal promotor de esta producción fue Bruce Dern, que se enamoró del guión de Bob Nelson y no paró hasta que convenció a Payne.

La historia, sencilla como un cuento, narra la aventura de un viejo chiflado que enreda a su hijo pequeño en un viaje absurdo, en busca de un falso premio de lotería, uno de esos trucos publicitarios para hacer picar a incautos y no tanto. Pero la testarudez del anciano es tal que decide echarse a la carretera con tal de viajar por cualquier medio hasta Lincoln, Nebraska, sede de la compañía que ofrece el falso millón de dólares. Intentando evitar males mayores su hijo, estupendo Will Forte, decide seguirle la corriente y acompañarle. En ese viaje se detendrán en la localidad de nacimiento de Woody, donde todo el mundo cree que realmente su paisano es millonario. La codicia desata entonces una serie de acontecimientos que servirán para unir a la familia de Woody, no demasiado avenida hasta entonces, y para poner en evidencia la descomposición de la sociedad norteamericana, tema éste omnipresente en el cine de Payne. 
Esta historia, que podría haber dado poco de sí de no producirse una brillante conjunción de estrellas, deviene en una cinta conmovedoramente sencilla que arranca igual carcajadas que lágrimas. Para completar el conjunto, la banda sonora y la fotografía rayan a gran altura, a tono con la narración, y el final deja buen sabor de boca y sugiere que los deseos, por locos que parezcan, siempre son útiles porque, en última instancia, resultan un acicate para sobrellevar la existencia.
La película puede encontrarse en internet con buena resolución doblada al castellano o en VOS. No voy a pillarme los dedos y poner los enlaces. Para eso está Google.

Alhambra inadvertida: Al borde del Extasis

Sueño, fantasía, visión maravillosa, belleza indescriptible... son algunas de las palabras que pueden pasar por la mente de quien contempla,...