sábado, 21 de enero de 2017

Otoño en Corea (XXV)



Cuando, finalmente, llegó la independencia en 1945, Corea se convirtió en el primer campo de batalla de la Guerra Fría. El problema es que esa independencia se proclamó al tiempo en dos lugares: en el norte, que era comunista, y en el sur capitalista, en virtud de los ejércitos aliados que ocuparon ambas zonas. La falta de entendimiento entre los dirigentes del sur y del norte y las injerencias internacionales desembocaron en la famosa Guerra de Corea que enfrentó al norte y China, con el sur y Estados Unidos. Este conflicto, que terminó en tablas como todo el mundo sabe, aún no está zanjado, pues sólo se ha firmado un armisticio y no la paz.

Firma del armisticio el 27 de julio de 1953. Fuente: Wikipedia.
Frente a sus compatriotas del norte, aislados por el bloqueo internacional y la autarquía impuesta por la dinastía de dictadores Kim,  los coreanos del Sur iniciaron en la década de los 60 un fulgurante despegue. A esas alturas, aún no podían votar, pues se sucedieron dictadores (apadrinados por Washington) hasta finales de los 80. En esos años, un gran movimiento ciudadano, como el actual, exigió democracia y la logró, aunque a costa de mucha sangre y sufrimiento. Era la primera vez en su historia.

El ejército surcoreano arrastra una fila de presos tras sofocar una revolución en la ciudad de Gwangju. Mayo de 1980. Fuente: http://www.datoscuriososasia.info.

Desde entonces, el crecimiento del país ha sido espectacular y lo ha llevado a convertirse en gran potencia en lo económico y también en lo social. Por ejemplo, Corea del Sur ocupa el segundo puesto del mundo en cuanto a nivel educativo. Es una de las naciones más tecnificadas y también de las más interesadas por conocer el resto del Mundo. Ávidos de nuevas experiencias, sus habitantes son cada vez más viajeros, como yo sé bien. ¿Quién lo iba a decir del conocido en el siglo XIX como “reino ermitaño”?

Estudiantes coreanos, dan su lección al aire libre en el palacio real

Pero. como ha quedado demostrado recientemente, a Corea del Sur le queda profundizar en temas democráticos. Quizás porque, como ocurre en España, los anteriores dictadores dejaron todo atado y bien atado en política. No hay más que pensar que la presidenta Park es hija de un anterior dictador y que, como se ha sabido ahora, fue preparada desde niña para ocupar su puesto, pese a ser una perfecta inepta. 


Park Chung-hee, padre de la última presidenta, que fue dictador entre 1962 y 1979. Fuente: Wikipedia.
Gracias a una cadena de televisión por cable, el único medio que se atrevió a investigar, quedó destapado el escándalo. La presidenta era manipulada desde la sombra por una vieja amiga, sin cargo político alguno que, además, se estaba haciendo de oro a costa de las arcas públicas. De inmediato todo el país enfocó su atención sobre esta historia, donde la cruda realidad supera a la ficción más retorcida.



Choi Soon-sil, la llamada rasputina de Cora, que manejaba desde la sombra a la presidenta. Fuente: http://espanol.cctv.com.
Ahora, parece que los coreanos han vislumbrado en masa el engaño histórico al que fueron sometidos. Fruto de ese despertar es la ola democratizadora nacida de la serena protesta. La esperanza es que tal impulso, que suena más auténtico porque brota desde abajo, sea no sólo un gran salto adelante para su propia democracia. Puede resultar también un ejemplo para el mundo entero.

2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Gran trabajo...

Jesús Cano Henares dijo...

Como siempre, muy agradecido por tus comentarios.

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