miércoles, 4 de enero de 2017

Otoño en Corea (XVIII)


Un rincón de Jeonju.
La dinastía Joseon (1392-1910) es la última y más duradera de las que gobernaron Corea. Surgió de la debilidad del reino de Goryeo, que dominaba Corea hasta que uno de sus generales provocó su caída. Jeonju, la ciudad que ahora visitábamos, fue la cuna de la familia Yi (o Lee) de la que surgiría la nueva monarquía.
El primer rey Joseon, Yi Seong-gye, conocido como Taejo.
Aunque la nueva capital fue establecida en Seúl (por entonces llamada Hanseong), a la cuna de la dinastía se le reservó el papel de capital espiritual. Distintos monarcas se ocuparon de que fuera, tal como luce hoy, una ciudad majestuosa y de gran peso cultural. Todavía Jeonju mantiene uno de los cascos históricos mejor conservados del país y ha hecho de la preservación de la cultura coreana una de sus divisas. Es famosa, por ejemplo, por sus casas de huéspedes tradicionales y su excelente y variada gastronomía, para muchos la mejor del país. Pero también, lejos de mantenerse en la urna de cristal del pasado, a Jeonju le otorgan fama sus innovadores festivales de arte.
Miryang, frente a una casa de huéspedes, llamada "La gran sonrisa", aunque no tanto como la de ella.
Resulta todo un placer caminar por el casco antiguo de la ciudad. Sus calles pulcrísimas están delimitadas por grupos de casas tradicionales. Este trazado urbano, con pasajes en forma de herradura y adarves ciegos, recuerda, en cierto modo, al Albaicín granadino y otros barrios de raíz árabe. Es normal, como sucedía en al Andalus, que cada grupo de casas fuese un espacio reservado a una sola familia, que tenía allí un santuario particular.

En una calle del Albaicín de Jeonju.
Finiquito el viejo modo de vida, esa función ha desparecido. Hoy sirven de casas de hospedaje tradicional o como tiendas de productos genuinamente coreanos. Existe, por ejemplo, una gran comercio dedicado a las bebidas castizas, como el soju (aguardiente de arroz, de unos 20 grados), el chongchu (vino de arroz) o el makgeolli (vino de trigo y arroz). También hay tiendas de moda especializadas en hanboks, la vestimenta típica. En ellas, los diseñadores se sirven del traje tradicional para hacer volar su creatividad y otorgar a sus clientes el placer de ir arregladas pero informales.
Tienda de modas especializada en hanbok.
En suma, Jeonju me pareció una urbe seductora, capaz de presentarse ante el visitante como una vieja dama que le gusta estar al día, guardiana de la más genuina cultura coreana al tiempo que referencia de las vanguardias artísticas.
Un elegante mural en el casco viejo, trata de disimular el desaguisado de tuberías y cables.


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