domingo, 9 de agosto de 2015

Ronda: la ciudad de las cien miradas (IV)

Turistas coreanos frente al alminar de san Sebastián. Foto del autor.

No es extraño que sea así pues en la época en que fue construido este alminar, el siglo XIV, Takarunna vivió un tira y afloja entre el reino Meriní de Marruecos y los emires nazaríes, a cuyo reino pertenecía teóricamente la ciudad. Sin embargo, como compensación a la ayuda ofrecida a los reyes de la Alhambra contra los cristianos, los meriníes tuvieron en sus manos Algeciras y Ronda en varias ocasiones. De modo que este precioso alminar es la mejor expresión del rasgo más diferenciador de la historia de la Ronda musulmana: haber sido, durante no menos de siete décadas, una ciudad andalomagrebí, como otras muchas ciudades del Norte de África fueron, y todavía hoy son en buena medida, ciudades magreboandalusíes. A propósito de esto, Pilar Delgado comenta que la ciudad de Ronda está hermanada con Xauen, donde la huella andalusí es más que notoria.
Rincón de Xauén. Fuente: http://blog.clickferry.com/

Descendiendo hacia el antiguo arrabal tropezamos con las murallas y  puerta de la Cijara o de la higuera, reconstrucción moderna de la cerca primitiva hecha, con mayor o menor fortuna, por Rafael Manzano Martos. El camino de ronda que forman la muralla propiamente y la barbacana, ese antemuro que era el primer obstáculo para posibles invasores, desemboca cerca de los Baños Árabes. Perfectamente conservados, no se tuvo constancia de lo que eran en realidad hasta que Leopoldo Torres Balbás visitó la ciudad para constatar que no se trataba de una antigua sinagoga, como se creía. Se conservan el vestíbulo, hoy exento, las tres salas de baño y la zona de  las calderas. También vemos varias pozas de unas curtidurías del siglo XVII. Aunque no hay constancia arqueológica que lo certifique, según se encargan de aclararme mis anfitriones, podemos suponer, sin demasiado miedo a equivocarnos, que esta zona cercana al río pudo albergar curtidurías y hasta tenerías similares a las que podemos ver todavía  hoy en Fes. 
Al atractivo del propio monumento se une un magnífico audiovisual que se proyecta en su interior y que explica sucinta pero eficientemente las funciones de estos lugares, imprescindibles para la cultura islámica. Éste es el vídeo.


2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Realmente interesante...

Gracias

Jesús Cano Henares dijo...

Gracias, Mark, te agradezco que sigas este artículo. Un abrazo.

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