Santa María la Mayor. Fuente; codiazfer,blogspot,com |
Callejeando, llegamos hasta la Iglesia de Santa María
la Mayor, que, como de costumbre, se asienta sobre el antiguo solar de la mezquita
aljama. De época musulmana apenas se conserva parte del mihrab, junto a la
puerta de acceso. Vale la pena hacer un esfuerzo para imaginar qué aspecto
podría presentar esta zona a finales del Califato y durante los algo más de
cincuenta años de vida de la taifa beréber de los Banú Ifrán. El alminar de la
mezquita se elevaría sobre el resto de los edificios; muy cerca, habría un gran
baño para atender a los fieles antes de ir a la oración. Y los zocos, con sus
tiendas-taller, las alcaicerías de joyas y perfumes y las alhóndigas para
almacenar mercancías y dar cobijo a los mercaderes, formarían un abigarrado
trazado urbano sobre lo que hoy es un espacio despejado: el parque de la
duquesa de Parcent. Más allá de los zocos, dominando la medina a un lado y al
otro del camino de Algeciras, se levantaba la gran alcazaba en el lugar donde
hoy está el colegio salesiano. En este punto, sin duda uno echa de menos más
que en cualquier otro sitio la antigua fortaleza que, hace apenas cien años,
era todavía una corona perfecta para una ciudad muralla.
Rincón de un foco de Marruecos. Fuente: http://www.carnets-voyages.org/ |
En cualquier caso, aún podemos adivinar buena parte
del recinto murado a los pies de la antigua alcazaba. Era este flanco
nororiental el más vulnerable, la zona donde la ciudad, desprovista de la
barrera natural que en el norte forma la garganta del Guadalevín, se encontraba
más desnuda. Nos dirigimos hacia la puerta de al-Mocábar, situada algo más
abajo, en la salida de Algeciras. Su nombre, recuerda José Manuel Castaño, hace
alusión directa al cementerio, o maqabir, que existía extramuros. Sobre las
tumbas musulmanas construyeron los cristianos el barrio de san Francisco, nada
más tomar la ciudad. Esta puerta y los paños que la envuelven se encuentran
admirablemente conservados pero presentan un elemento extraño: una puerta
renacentista de tiempos de Carlos V. Eso era algo común, una forma con la que
los cristianos reafirmaban su poder sobre los conquistados.
1 comentario:
Realmente interesante... Tengo que ir !
Saludos
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