Hemos llegado, el esfuerzo ha sido grande pero hemos culminado con éxito la primera etapa, la edición y presentación de "Cuentos engranados". Ahora sólo falta lo más difícil. dar a conocer al máximo de personas esta obra solidaria para que todo no se quede en la que fue una estupenda fiesta que todos recordaremos.A continuación, reproduzco la cariñosa crónica escrita por Carolina Molina bajo la que late su profundo amor por Granada, eso que la ha llevado a estar, en los últimos meses, mucho más en esta ciudad (vía email) que en Madrid. Gracias, querida amiga, por ser tan buena compañera de trabajo. Tenía que decirlo.
Presentadores del acto, de derecha a izquierda: Antonio Enrique, Antonio López-Barajas, Carolina Molina y Jesus Cano. |
El pasado 20 de enero presentamos
CUENTOS ENGRANADOS, la antología solidaria en la que participan 55 autores que
ceden sus derechos al Banco de Alimentos de Granada. Tuvo lugar en la
Biblioteca de Andalucía, uno de los emplazamientos más agradables de la ciudad
y en donde he participado en los últimos años coincidiendo en diferentes actos.
El personal de la Biblioteca inspira confianza y desborda gentileza, te hacen
sentir bien y segura, nada falla cuando ellos están al mando. Quizás por eso la
presentación de CUENTOS ENGRANADOS tenía ya demasiadas ventajas para cumplir
sus objetivos.
La antología, que hemos coordinado con
mucho mimo Jesús Cano y yo desde abril de 2013, no ha estado exenta de
contratiempos y de dificultades, la
mayoría debido a su novedoso formato digital que ha puesto a prueba a la
editorial Transbooks.
Desde hace varios años tenía gran
interés por hacer una macro antología en donde se diera voz a un gran número de
escritores que fueran habituales del género del cuento. Jesús Cano, a través de la editorial
Transbooks me dio esa oportunidad. Y aunque cierto es que fui la inspiradora de
la antología, Jesus Cano le dio forma, luchó por ella dedicándole muchas tardes
a su corrección y propuso en primer lugar donar sus derechos al Banco de
Alimentos de Granada, que yo no conocía.
Lo que se inició como un proyecto
dudoso en unos cuantos emails finalmente tomó forma. De 25 autores iniciales
llegamos a 55. Todos y cada uno de ellos se entusiasmaron con colaborar en un
proyecto solidario y esto demuestra una vez más que los escritores son
generosos. Un gremio que ha sido diezmado a lo largo de los siglos por
editoriales, gobiernos, agentes y publicidad engañosa, sabe muy bien que se
tiene que luchar con la palabra y eso han hecho, ofrecer lo que mejor saben
hacer, que es escribir.
Somos conscientes de que no están todos
los que son. Unos no llegaron a tiempo, otros se encontraban de viaje, la
mayoría inmersos en dificultosas actividades literarias pero la gran mayoría se
encuentra aquí, en CUENTOS ENGRANADOS.
Algunos de los autores asistentes. |
En la presentación del día 20 de enero
tuvimos una acogida magnífica. La Sala Val del Omar, que ya es imponente, dejó
muy pocos sitios vacíos. En el estrado nos sentamos Antonio Enrique, el
prologuista; Antonio López-Barajas, el presidente de la Fundación Bancos de
Alimentos de Granada; Jesús Cano en representación de la editorial Transbooks y
coordinador de la antología. A mí me correspondió hacer de maestra de
ceremonias, abrir el acto, controlar los turnos y pasar la palabra, hasta la
despedida.
Antonio López-Barajas nos aseguró que
todo lo que se recaude tendrá su destino en su fundación y de eso no tuvimos ninguna
duda. Los voluntarios que en la puerta se encontraban vendiendo las tarjetas de
descarga (que equivalían a los libros) eran de una exultante amabilidad, una
simpatía arrolladora y un entusiasmo conmovedor. Allí todos sabíamos que el
poco o mucho dinero que recaudáramos estaría muy bien custodiado.
La explicación que dio Jesús Cano sobre
la forma de comprar la antología a través de la propia editorial Transbooks o
las plataformas iTunes y Amazón, fue lo suficientemente esclarecedora. Me gustó
particularmente esa novedad, me supongo que ideada también por Transbooks, de
entregar una tarjeta ( casi un librito de dos páginas) con la información
completa de la antología, nombres de autores, código para descarga y finalmente
un recuadro en blanco para ser firmado por cualquiera de los autores. ¿Quién ha
dicho que los libros digitales no pueden venderse en actos o librerías? ¿O que
no pueden ser autografiados por el
autor?
No puedo dejar de pensar en que se ha
hecho historia en Granada, se ha ofrecido algo totalmente innovador y que puede
revolucionar (ahora sí) nuestro mundo literario.
Portada de la ebookcard o tarjeta de descarga. |
Me sorprendió gratamente, que la
mayoría de los asistentes eran lectores de edad, presuntamente poco
familiarizados con las nuevas tecnologías pero no por ello menos comprometidos
con una causa que entendieron justa y fueron ellos, precisamente, los que se
acercaron a comprar su tarjeta, colaborando con los 4.5 euros que se donaban.
No obstante, sé que hubo lectores que
echaron de menos el tradicional formato en papel. A esos les pediremos
paciencia, quizás no dentro de mucho podremos complacerles.
Antonio Enrique, prologuista de CUENTOS
ENGRANADOS fue el alma del encuentro. Consiguió ganarse al público asistente
con gran habilidad y propinó bellas y sentidas palabras a la antología, que a
mí me parecieron sinceras y agradezco sobremanera. Recalcó que no recordaba una
antología tan amplia, de tantos autores, en la ciudad de Granada y lo corroboró
Francisco Gil Craviotto, quizás el más veterano de los cuentistas
participantes.
CUENTOS ENGRANADOS tuvo un acto
vibrante, participativo y dinámico. Tras los correspondientes discursos de la
mesa se pasó la palabra a los autores quienes nos hablaron brevemente, de su
cuento. Alberto Granados, Carlos Almira, Celia Correa, Francisco Gil Craviotto,
Jesús Cano, Miguel Arnas, Brígida Gallego-Coín y unos simpáticos Miguel Ángel
Moleón y Jorge Fernandez Bustos que nos hicieron reír.
Jorge Fernández Bustos |
Celia Correa |
Angelina Lamelas |
Angelina Lamelas nos habló de su
original narración inspirada en un suceso parisino y nos conmovió recordando la
figura de Medardo Fraile, aún dolorosa en sus pupilas y que estuvo con
nosotros, no desde su Escocia ni desde su Madrid natal, sino desde ese lugar al
que van los escritores únicos e inmortales.
Ayer nos engranamos todos con la esperanza
de no haber terminado un trabajo de hace muchos meses, sino de comenzar algo
que ha de perdurar. Veremos cómo sembrar la semilla en otras localidades,
recordando el lema de Federico: “Medio pan y un libro”.
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