jueves, 24 de abril de 2014

Accidente marítimo en Corea: Algo huele muy mal

Fuente: http://noticia.do
La noticia del desastre del transbordador Sewol en Corea, pese a su gravedad, apenas ha sido comentada en España. Pero es un terrible drama del que quiero hablar, porque estoy ligado a este país por mi matrimonio con una coreana.
Más de 300 víctimas, a falta del rescate de muchos cuerpos, es el negrísimo balance del desastre acaecido en las inmediaciones de Jindo, isla al suroeste de la península de Corea. El accidente, producido en circunstancias poco claras, llevó a la perdición a casi todo el pasaje y ha conmocionado a la sociedad coreana. Porque la mayor parte de las víctimas eran adolescentes en viaje de vacaciones hacia la isla de Jeju, principal destino turístico de Corea del Sur y también porque, como ya se apuntaba, las explicaciones dadas son poco o nada convincentes.


Fuente: http://www.nydailynews.com
Así, a la sorpresa inicial se ha superpuesto, como una negra manta, el intenso dolor que sufren los familiares y, con ellos, toda Corea. Ahora también está aflorando, como es lógico, la indignación ante las más que oscuras circunstancias del suceso. 
Parece claro que las condiciones de navegación no eran las más adecuadas; y que el rescate fue muy lento (45 minutos), como si no se le hubiera dado al suceso la atención que merecía. Lo que más indigna es que el capitán y casi toda su tripulación salvaron la vida al salir los primeros, en un gesto verdaderamente repugnante.
Por ahí las cosas empiezan a oler mal. Pero siguen apestando porque el gobierno mintió al principio achacando los problemas para organizar el rescate a que no había comunicación entre el barco y puerto. Sin embargo, no tardarían en salir pruebas (grabaciones entre el puesto de control y el capitán) que destaparon la mentira gubernamental: el buque cambió de rumbo, por causas que se desconocen, pero desde puerto se desaconsejó tal maniobra, que no fue tenida en cuenta. Se sabe incluso que el capitán del barco estaba "de vacaciones" y que su segundo, al comenzar los problemas, dejó el barco en manos de una tripulante novata, sin apenas experiencia. ¿Estaba preparando su propia salvación, en lugar de organizar el rescate del pasaje? Es otra de las tantas incógnitas de este caso, a sumar a las contradictorias explicaciones del Gobierno.


Fuente: http://www.buffalonews.com
La pregunta que se puede hacer uno es cómo en un país avanzado como Corea del Sur (ahora, desde luego, más que el nuestro), que es también una potencia marítima, puede suceder algo así? Aparentemente, se puede pensar que  incluso en una nación tan organizada como Corea del Sur son posibles tamaños desatinos. Pero puede haber algo más, algo que huele muy mal.
Hablando de este tema mi mujer, una amiga coreana y yo llegábamos a la conclusión de que, vistas las circunstancias, la población piensa que el Gobierno oculta algo. No es la primera vez que suceden cosas tan inexplicables como ésta en Corea, sucesos con muchas víctimas nunca aclarados. En otras palabras, para la mayor parte de los coreanos, el barco se hundió porque el Gobierno lo permitió. Y, yendo más lejos, hay quien piensa que todo fue una operación perfectamente orquestada. 
Pero, y remarco que sólo es una suposición, ¿para qué querría el Gobierno permitir o incluso provocar algo así. La explicación podría estar en un escándalo político que explotó poco antes de la tragedia, un asunto muy turbio relacionado con el servicio secreto coreano. Al parecer, el Gobierno presentó pruebas falsas, preparadas por la CIA coreana, contra un importante opositor, que estaba ganando muchos puntos en las encuestas de cara a unas próximas elecciones. Pero al poco quedó demostrado que todo era un montaje, una especie de Watergate coreano. A partir de ese momento, la indignación creció entre la población y el Gobierno se empezó a ver en aprietos. Aunque, lo peor para ellos es que tal escándalo se convirtiese en un espectacular desastre electoral para el Gobierno, parecido al sucedido aquí tras el 11 M. 


Fuente: http://cdn.24.co.za
Ahora, tras el accidente, aquel escándalo ha dejado de llenar las portadas, barrido por la tragedia. La sospecha general es que todo puede haber sido una sangrienta maniobra de distracción para enterrar el escándalo político. Si eso fuese así, cabría calificar de ignominia y delito de lesa humanidad al que es (de eso no cabe duda) un asunto maloliente y oscuro.
Se me podrá replicar que expongo una teoría conspirativa, de ésas que hay tantas, algunas de las cuales son inventadas precisamente por los servicios secretos. Puede ser, pero se trataría de una teoría conspirativa compartida por la mayor parte de los coreanos en estos momentos. Es verdad que el dolor debilita mucho la reflexión. Pero también es cierto que tampoco se puede demostrar, a la vista de las contradicciones gubernamentales y de las circunstancias tan anormales en que se produjo el rescate, que no pueda ser así. Y una cosa está clara para mí: los mayores terroristas, los grandes genocidas, con mucha diferencia, son los estados y sus servicios secretos. 

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