martes, 6 de junio de 2017

El hombre que leía en Alcampo

Pedro devoraba su tostada mixta mientras hojeaba el periódico. Era tan voraz en eso como en su hábito convulsivo de leer, de escapar a la rutina y la desazón echando mano de un libro a la menor oportunidad. 
El periódico local, el que todo el mundo veía, resultaba cada vez más indigesto, pero ya hemos dicho que Pedro era una termita lectora que se tragaba cualquier cosa. Repasaba con desgana cada página hasta que llegó a una noticia que le hizo llevarse las manos a la cabeza y mirar desconfiado hacia los lados. La nota era muy breve y sin duda interesante:


Un hombre visto leyendo en una gran superficie

Granada, Cinthya Lugo
Algo inédito en nuestra ciudad. Un hombre de unos 40 años ha sido visto leyendo en una de esas grandes superficies de que goza nuestra Granada. Jamás se había producido algo así, que se sepa. El hombre leía tranquilamente un libro, cuando un gran número de personas se le acercó, unos con curiosidad, otros con extrañeza. De poco le sirvió al hombre mirar con cara de pocos amigos. Algunos presentes comenzaron a hacer fotos y mandar mensajes por la redes sociales ante lo insólito del tema. Incluso el guardia de seguridad, intuyendo que aquello podía ser beneficioso para la empresa, se unió a aquella expectación donde todos eran felices menos el hombre del libro, quien, naturalmente dejó de leer.
Para completa la noticia, añadiremos que el desconocido hombre del libro ha tenido finalmente que marcharse. Mejor dicho, ha debido salir pitando cuando un energúmeno intentó disolver la reunión al grito de "Muera la inteligencia, viva la muerte". Afortunadamente era un simple borracho, al parecer ex legionario, que cayó redondo al suelo tras pronunciar su enigmática frase. 
Este incidente sin importancia no debe enturbiar la verdadera noticia de hoy: un hombre ha sido visto leyendo en el lugar más insólito que quepa esperar de nuestra incomparable Granada. 

A Pedro se le derramó el café sobre los pantalones. Nervioso, tiró el periódico sobre la mesa mientras se mal limpiaba. Aquel día no empezaba demasiado bien. 


Colas de gente ante el centro comercial, horas antes de la apertura. El lugar se ha convertido en un centro de peregrinaje.



2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Muy bueno ...

Jesús Cano Henares dijo...

Gracias por tu atención y me alegro que te guste. Un abrazo, Maark.

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