domingo, 16 de octubre de 2016

Granada despierta con un NO al reordenamiento sanitario


Desde mi casa en la Vega, cojo la bici, subo por el río Genil, como siempre, en busca de la ciudad. Pero éste no es un simple paseo, esta vez es diferente. Hay una manifestación, otra, después de mucho tiempo, una convocatoria que promete. 
Todos debemos, a ser posible, ir de blanco. No sé cómo va a ir la protesta, sé que es necesaria, es por el estado de salud de Granada, y por eso estoy aquí. La cosa es que se va a dividir el sistema sanitario granadino en dos medio hospitales, uno a cada lado de la ciudad, con 14 kilómetros de autovía por medio. Es decir, que habrá cosas que se traten en uno y otras en el otro. Muy lógico, un olé para el idiota que contravino el plan inicial de crear dos hospitales completos e ideó esta insensatez. 


Una plataforma, iniciada y liderada por un tal Spiriman, médico de urgencias, es la convocante, ya que, que, tras 3 meses de funcionamiento, el modelo impuesto por la Junta se ha demostrado inapropiado e irracional. Personas del sur, tienen que ir al norte, porque no hay personal de su especialidad en su hospital. Y viceversa. Eso significa que para r a uno u otro centro el enfermo debe autodiagnosticarse. O preguntarle a un taxista. Se producen, como es lógico, errores a menudo, lo que deriva en un nuevo traslado. Se requieren así más ambulancias y más procedimiento. En fin que no han cambiado las cosas des aquel: "Vuelva usted mañana", de Mariano José de Larra.
Por eso estoy aquí, aparcando ya la bici, al borde de la marea blanca. Una manifestación, como las del 15 M, con su banda de batucada, pero, sorpresa, sin banderas de ningún sindicato o partido. 
Esto promete, me recuerda a aquella primera manifestación de 15 m, la primera, o sea la del 15 de mayo de 2011, fecha que se antojaba lejana,  pero que ahora parece rebrotar. ¿Y por qué? No cabe duda de que, la sanidad, al contrario, al parecer, que la política, DUELE de verdad  y mucho: lo que está en juego va más allá de lo que pase en Granada, es el futuro de la sanidad española, de ese bien que ha servido a España tan dignamente hasta ahora, que ahora nuestros estúpidos e interesados políticos pretenden tirar por el desagüe. 


Estos pensamientos me vienen en medio del ya tsunami popular, en plena Gran Vía. Ahora me he colocado cerca de los chicos de la banda, verdadera alma de la protesta. Al doblar la esquina entre Gran Vía y Reyes Católicos, me doy cuenta de que esto es mucho más grande de lo que esperaba. Hay muchos miles de personas aquí, después he aventurado que el número real de manifestantes podía acercarse a los 100.000 (la cifra oficial 40.000). Pero esto no es una masa descontrolada, la gente, muy tranquila y apacible, apenas lanza proclamas, no es necesario. Bueno, eso sí, de vez en cuando de entre la multitud brota algún trovador, que se inventa una letrilla, y la lanza con entusiasmo al aire: 

Yo soy el enfermito
Que no tiene hospital
Que va buscando urgencias 

Por toda la ciudad. 


En este ambiente festivo se desarrolla la manifestación. Estamos tranquilos y hasta juguetones, pero una cosa no quita la otra. Estamos allí a miles diciendo NO a muchas voces. Y eso siempre es de agradecer. Y eso les jode y mucho a los políticos, esos que dicen representarnos.


Salgo de nuevo de mi ensimismamiento y miro arriba. No se ve a nadie en los balcones. Me pregunto, y no soy el único,  por qué esta gente bien no sale. Tal vez estén hartos de que su calle sea invadida continuamente por manifestaciones que, para colmo, nos les dicen nada, ni les competen. Para algo está la privada. O eso creen ellos.
Al llegar a Puerta Real, la manifestación acaba con unas palabras de Spiriman. Su alocución me ha parecido sensata y bien razonada. Reconozco que que me ha impresionado lo que ha dicho sobre cómo deben trabajar los profesionales de la sanidad: "Va a resultar imposible con este sistema partido en dos que los médicos puedan coordinarse, asistirse y aconsejarse tal como debe ser, que no podrán actuar como un sólo médico". Y luego, saliéndose del programa, ha añadido: "Un medico, que aquí se ha mareado alguien". 





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