domingo, 14 de febrero de 2016

Sijo del hombre en contradirección




Un día un hombre, sin más, echó a andar para atrás. Asustado, 
creyó que con darse la vuelta acabaría la pesadilla. 
Pero no funcionó. Tuvo que aceptar que él era así. 
Finalmente hizo muchas amistades, yendo siempre al revés. 


Llegó a ser un gran hombre… hasta ganó una prueba de vallas. 










CREO QUE ME HA SALIDO UN SIJO MUY PATAPHÍSCO.

viernes, 5 de febrero de 2016

SIJO DE JEIN Y AJEONG (bilingüe)




Reedito mi primer sijo en edición bilingüe, gracias a la traducción de Miryang Lee, mi mujer. Qué lujo tener una traductora coreana a mi servicio. Este es el texto coreano:




한달반살백이 제인, 누나를 바라보는 똘망한 눈길
열정으로 그림을 읽어주는 사랑스런 누나 아정
비록 아직 글을 읽지 못하는 겨우 세살박이 누나
엄마가 수도 없이 읽어주었을 그 동화. 











Y su original en español:

Jein, que tiene sólo mes y medio, mira atento hacia Ajeong.
Cariñosa, su hermanita, con pasión le lee un cuento.
Pero ella no sabe leer; si sólo tiene tres añitos…


¡Cuántas veces no le habrá contado ese cuento su madre!





La luciérnaga candil (Sijo)




En la época Joseon[1] vive Kapdol, un estudiante pobre. 
Por el día trabaja duro y, al caer el sol, busca en la hierba. 
Caza luciérnagas que, a falta de aceite, iluminen sus libros.

El afán de saber es agua que alcanza todas las rendijas. 














[1] La dinastía Joseon fue la última y más duradera monarquía en Corea, entre 1392 y 1910. La historia referida en este sijo se basa en una tradición popular coreana.




jueves, 4 de febrero de 2016

Mi primer Sijo


El Sijo es un estilo de poesía tradicional coreana que hoy, por fin, me he decidido a emular, por aquello de que tengo una mujer y una mitad de familia coreana. El Sijo es clásico y a la vez moderno, porque no para de revivir con cada generación. Consta de 3 o 4 versos, de entre 14 y 16 sílabas, que generalmente, refieren una pequeña pero significativa historia, con su presentación (primer verso), desarrollo (segundo verso) y desenlace (tercer o cuarto verso). 
Se considera que un buen sijo debe guardar para el final una sorpresa o una sentencia, según se siga la tendencia taoísta, en el primer caso, o confuciana, en el segundo. Los sijos taoístas suelen ser más festivos, vitalistas e incluso irreverentes. Los confucianos tienen un fondo didáctico para beneficio de la sociedad en general y de la familia en particular. 
Pues bien, hace unos días me llegó una foto de Corea que ha encendido la bombilla de la inspiración. Son Jein y Ajeong, mis dos sobrinos nietos, hijos de nuestra sobrina mayor coreana. Cuento en éste, mi primer sijo, simplemente lo que sucede en esa imagen.  
Es toda una osadía por mi parte adentrarme en un estilo ajeno a mi tradición, pero nunca me he arrugado con los retos literarios. Otra cosa es que me haya quedado bien. Éste es el sijo:



SIJO DE JEIN Y AJEONG




















Jein, que tiene sólo mes y medio, mira atento hacia Ajeong.
Cariñosa, su hermanita, con pasión le lee un cuento.
Pero ella no sabe leer; si sólo tiene tres añitos…

¡Cuántas veces no le habrá contado ese cuento su madre!



Para terminar, sólo una apreciación. Creo que este sijo, mi primer sijo, nada entre las dos aguas de las que hable antes: la taoísta y la confuciana, ya que a la vez encierra una sorpresa pero no deja de referir una anécdota familiar.
Espero pronto componer un segundo poema coreano, según se me vayan apareciendo las musas, en cualquiera de sus múltiples advocaciones.

Alhambra inadvertida: Al borde del Extasis

Sueño, fantasía, visión maravillosa, belleza indescriptible... son algunas de las palabras que pueden pasar por la mente de quien contempla,...