domingo, 26 de enero de 2014

Manuales de autoengaño


“No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación” 
(Aldous Huxley)

Los manuales de autoayuda son uno de los más florecientes negocios de la industria editorial. Médicos, psicólogos, celebridades, gurús salidos de la nada, charlatanes y hasta algún filósofo (o falso filósofo) escriben libros de este tipo con "consejas" llenas de obviedades ("hay que ver el lado positivo de la vida" o "lucha por tus sueños" o "con persistencia y fe se logra todo") cómodas premisas (cargadas de subliminalidad) para quien, en un momento dado, no sabe qué hacer con su vida. Siempre he huido de ellos, convencido que sólo uno por su propia cuenta puede dar con la solución para los atascos vitales (en eso soy un poco zen), que el sentido del humor es bueno para superar los amargos tragos de todos los días, si bien no es suficiente, que se puede luchar sin perder los papeles, pero que en modo alguno la solución es rendirse por no armar un escándalo y, sobre todo, que la panacea no es mirarse el propio ombligo. 

Fuente: http://jiroyliderazgo.wordpress.com

Sin embargo, pese a huir como gato escaldado de estos superventas (algunos incluso más que el libro de la Belén Esteban) no puedo evitar tropezar de tanto en tanto con ellos. Es lo que me ocurrió el otro día, cuando fui a comprar a la tienda de un amigo, un buen amigo y también una buena persona, como sabe todo el que lo conoce. Mientras hacía mi pedido descubrí sobre el mostrador un libro con un calendario que hacía las veces de separador de páginas. La portada estaba boca abajo y no podía ver el título. Satisfecho de que mi amigo aprovechara el tiempo libre para leer, le pregunté sobre el libro y el me mostró la portada. No puedo recordar ni el título ni el autor, soy muy malo para los nombres, pero era, desde luego un manual de autoayuda que, eso sí lo recuerdo, iba ya por su 16ª edición. 
Intentando evitar mi cara de asco y mintiendo por no resultar incómodo, le dije que libros así me parecían bien, siempre que no redundaran en la idea de "sé feliz yendo a lo tuyo sin preocuparte, en el fondo, de los demás", a lo que él respondió que más o menos la cosa era así, pero que no le parecía tan mal. Luego, con fervor discipular, me dijo que el libro se sustentaba sobre la idea básica de que lo verdaderamente importante es luchar por la felicidad en tu familia y, aún más crucial, saber comer, beber y vestir bien, y que todo lo demás, incluido el trabajo, son zarandajas al lado de esos sencillos pero sacrosantos mandamientos. Y añadió, desde luego de forma harto ingenua: "Si no te gusta tu trabajo, simplemente déjalo y busca otro". Toma ya epicureismo de pandereta. Yo, por supuesto, le repliqué que eso no es tan fácil, mucho menos en estos tiempos de crisis. Y que, por supuesto, no estaba de acuerdo en ceñir la vida a unas premisas que no dudo sean útiles pero que resultan insuficientes, porque en modo alguno resuelven asuntos comunes de gran calado. Y añadí que, a mí parecer, y esto es lo más grave, no sólo no los resuelven sino que ahuyentan nuestra responsabilidad y capacidad de acción para hacerlo y que esa actitud tan cómoda no iba a impedir que volviésemos a enfrentarnos a esos problemas más adelante y cuando se hubiesen convertido en algo irreparable.


Pero, intentando "ser positivo", se me ocurre que yo también podría, dado que estoy parado, escribir uno con frases como "sé consciente del lugar que ocupas y trata de adaptarte pero no de acomodarte" o "lucha por tus derechos sin pisotear los de los demás" o "no te fíes de la publicidad ni de las campañas electorales, porque suelen mentir" y otras muchas capulladas al estilo de estos libros más de autoengaño que de autoayuda. La pregunta es si alguien (por supuesto una editorial importante) me lo publicaría. Y la respuesta, aquí no me puedo engañar, es que ello sería muy dudoso porque esta magna obra, que podría llevarme a la fama y sacarme de la miseria, no soportaría la censura previa de los editores, porque frases tan punzantes aunque igualmente vacuas serian un obstáculo para vender miles de ejemplares y también, todo hay que decirlo, porque los ingenuos que los consumen hallarían en ellas algo del desasosiego del que huyen y no la autocomplacencia masturbatoria que buscan, como vieja beata que reza por un milagro. Es probable que, como repiten incesantemente estos manuales, quien logra su propia felicidad puede contagiarla a los demás. Puede. Lo cierto es que a quien de verdad le hacen un gran favor es al charlatán que los escribe y sobre todo a los poderosos que ahora mismo se ríen por lo bajo de nuestra pasividad y estupidez de borregos. Conste que hablo en plural. Ah, y trnaquilos. no pienso escribir ningún manual de autoayuda. Tengo, como se habrá notad, demasiados escrúpulos.


miércoles, 22 de enero de 2014

Crónica de la presentación de "Cuentos engranados" de Carolina Molina


Hemos llegado, el esfuerzo ha sido grande pero hemos culminado con éxito la primera etapa, la edición y presentación de "Cuentos engranados". Ahora sólo falta lo más difícil. dar a conocer al máximo de personas esta obra solidaria para que todo no se quede en la que fue una estupenda fiesta que todos recordaremos.A continuación, reproduzco la cariñosa crónica escrita por Carolina Molina bajo la que late su profundo amor por Granada, eso que la ha llevado a estar, en los últimos meses, mucho más en esta ciudad (vía email) que en Madrid. Gracias, querida amiga, por ser tan buena compañera de trabajo. Tenía que decirlo.


Presentadores del acto, de derecha a izquierda: Antonio Enrique, Antonio López-Barajas, Carolina Molina y Jesus Cano.


El pasado 20 de enero presentamos CUENTOS ENGRANADOS, la antología solidaria en la que participan 55 autores que ceden sus derechos al Banco de Alimentos de Granada. Tuvo lugar en la Biblioteca de Andalucía, uno de los emplazamientos más agradables de la ciudad y en donde he participado en los últimos años coincidiendo en diferentes actos. El personal de la Biblioteca inspira confianza y desborda gentileza, te hacen sentir bien y segura, nada falla cuando ellos están al mando. Quizás por eso la presentación de CUENTOS ENGRANADOS tenía ya demasiadas ventajas para cumplir sus objetivos.


La antología, que hemos coordinado con mucho mimo Jesús Cano y yo desde abril de 2013, no ha estado exenta de contratiempos y  de dificultades, la mayoría debido a su novedoso formato digital que ha puesto a prueba a la editorial Transbooks.
Desde hace varios años tenía gran interés por hacer una macro antología en donde se diera voz a un gran número de escritores que fueran habituales del género del cuento.  Jesús Cano, a través de la editorial Transbooks me dio esa oportunidad. Y aunque cierto es que fui la inspiradora de la antología, Jesus Cano le dio forma, luchó por ella dedicándole muchas tardes a su corrección y propuso en primer lugar donar sus derechos al Banco de Alimentos de Granada, que yo no conocía.
Lo que se inició como un proyecto dudoso en unos cuantos emails finalmente tomó forma. De 25 autores iniciales llegamos a 55. Todos y cada uno de ellos se entusiasmaron con colaborar en un proyecto solidario y esto demuestra una vez más que los escritores son generosos. Un gremio que ha sido diezmado a lo largo de los siglos por editoriales, gobiernos, agentes y publicidad engañosa, sabe muy bien que se tiene que luchar con la palabra y eso han hecho, ofrecer lo que mejor saben hacer, que es escribir.
Somos conscientes de que no están todos los que son. Unos no llegaron a tiempo, otros se encontraban de viaje, la mayoría inmersos en dificultosas actividades literarias pero la gran mayoría se encuentra aquí, en CUENTOS ENGRANADOS.

Algunos de los autores asistentes.
No fue difícil decidir a quién habríamos de dedicarle el texto. En marzo de 2013 nos dejaba el más veterano y querido de los cuentistas españoles: Medardo Fraile. Él me cedió su cuento antes de fallecer para otra antología y quiso el destino que finalmente fuera para esta, con un proyecto social que a él le hubiera gustado y para una ciudad a la que recordaba con mucho cariño.
En la presentación del día 20 de enero tuvimos una acogida magnífica. La Sala Val del Omar, que ya es imponente, dejó muy pocos sitios vacíos. En el estrado nos sentamos Antonio Enrique, el prologuista; Antonio López-Barajas, el presidente de la Fundación Bancos de Alimentos de Granada; Jesús Cano en representación de la editorial Transbooks y coordinador de la antología. A mí me correspondió hacer de maestra de ceremonias, abrir el acto, controlar los turnos y pasar la palabra, hasta la despedida.
Antonio López-Barajas nos aseguró que todo lo que se recaude tendrá su destino en su fundación y de eso no tuvimos ninguna duda. Los voluntarios que en la puerta se encontraban vendiendo las tarjetas de descarga (que equivalían a los libros) eran de una exultante amabilidad, una simpatía arrolladora y un entusiasmo conmovedor. Allí todos sabíamos que el poco o mucho dinero que recaudáramos estaría muy bien custodiado.
La explicación que dio Jesús Cano sobre la forma de comprar la antología a través de la propia editorial Transbooks o las plataformas iTunes y Amazón, fue lo suficientemente esclarecedora. Me gustó particularmente esa novedad, me supongo que ideada también por Transbooks, de entregar una tarjeta ( casi un librito de dos páginas) con la información completa de la antología, nombres de autores, código para descarga y finalmente un recuadro en blanco para ser firmado por cualquiera de los autores. ¿Quién ha dicho que los libros digitales no pueden venderse en actos o librerías? ¿O que no pueden ser autografiados  por el autor?
No puedo dejar de pensar en que se ha hecho historia en Granada, se ha ofrecido algo totalmente innovador y que puede revolucionar (ahora sí) nuestro mundo literario.


Portada de la ebookcard o tarjeta de descarga.
Me sorprendió gratamente, que la mayoría de los asistentes eran lectores de edad, presuntamente poco familiarizados con las nuevas tecnologías pero no por ello menos comprometidos con una causa que entendieron justa y fueron ellos, precisamente, los que se acercaron a comprar su tarjeta, colaborando con los 4.5 euros que se donaban.
No obstante, sé que hubo lectores que echaron de menos el tradicional formato en papel. A esos les pediremos paciencia, quizás no dentro de mucho podremos complacerles.
Antonio Enrique, prologuista de CUENTOS ENGRANADOS fue el alma del encuentro. Consiguió ganarse al público asistente con gran habilidad y propinó bellas y sentidas palabras a la antología, que a mí me parecieron sinceras y agradezco sobremanera. Recalcó que no recordaba una antología tan amplia, de tantos autores, en la ciudad de Granada y lo corroboró Francisco Gil Craviotto, quizás el más veterano de los cuentistas participantes.
CUENTOS ENGRANADOS tuvo un acto vibrante, participativo y dinámico. Tras los correspondientes discursos de la mesa se pasó la palabra a los autores quienes nos hablaron brevemente, de su cuento. Alberto Granados, Carlos Almira, Celia Correa, Francisco Gil Craviotto, Jesús Cano, Miguel Arnas, Brígida Gallego-Coín y unos simpáticos Miguel Ángel Moleón y Jorge Fernandez Bustos que nos hicieron reír.


Jorge Fernández Bustos

Celia Correa
Angelina Lamelas
Angelina Lamelas nos habló de su original narración inspirada en un suceso parisino y nos conmovió recordando la figura de Medardo Fraile, aún dolorosa en sus pupilas y que estuvo con nosotros, no desde su Escocia ni desde su Madrid natal, sino desde ese lugar al que van los escritores únicos e inmortales.
Ayer nos engranamos todos con la esperanza de no haber terminado un trabajo de hace muchos meses, sino de comenzar algo que ha de perdurar. Veremos cómo sembrar la semilla en otras localidades, recordando el lema de Federico: “Medio pan y un libro”.


miércoles, 15 de enero de 2014

Literatura solidaria contra la crisis


Bajo el título “Cuentos engranados” se presenta el próximo 20 de enero, lunes, en la Biblioteca de Andalucía, un libro singular en muchos aspectos. Singular, primero porque reúne nada menos que a 55 autores, entre los que figuran algunos de los mejores especialistas del género corto en lengua española; segundo porque es una obra solidaria, dado que el total de ventas del libro irá destinado al Banco de Alimentos y finalmente porque se presenta como libro electrónico y no de papel y, como tal, trae algunas e interesantes novedades.




La antología, que saca a la luz la editorial digital granadina Transbooks, recoge relatos de autores granadinos o vinculados, de algún modo, a la ciudad de la Alhambra. El común deseo de todos sus promotores es contribuir a paliar la grave situación que viven muchos granadinos en estos tiempos de crisis ante el desamparo de las autoridades. Y ello de la mejor y única manera que saben: escribiendo.  Los narradores participantes son, por orden alfabético, Alberto Granados, Alfonso Cost, Alfonso Salazar, Ana María Shua, Ana Morilla, Andrés Neuman, Ángel Olgoso, Angélica Morales, Angelina Lamelas, Antonina Rodrigo, Ayes Tortosa, Brígida Gallego-Coín, Carlos Almira Picazo, Carolina Molina, Celia Correa Góngora, Concha Casas, David Aliaga, David Roas, David Vivancos, Elena Casero, Elvira Cámara, Espido Freire, Fernando de Villena, Francisco Gil Craviotto, Francisco Morales Lomas, Francisco Ortiz, Ginés S. Cutillas, Herminia Luque, Herminia Pérez, Javier Morales, Jesús Cano, Jorge Fernández Bustos, José Abad, José Lupiáñez, José María Pérez Zúñiga, José Vicente Pascual, Juan Cobos Wilkins, Juan Herrezuelo, Juan Jacinto Muñoz Rengal, Julia Olivares, Julia Otxoa, Lola Vicente, Manu Espada, Manuel Talens, Mariano Zurdo, Mariluz Escribano Pueo, Medardo Fraile, Miguel Ángel Cáliz, Miguel Ángel Moleón, Miguel Ángel Zapata Carreño, Miguel Arnas, Miguel Sanfeliu, Norberto Luis Romero, Raúl Ariza y Rosana Alonso La coordinación de la obra ha estado a cargo de los escritores Carolina Molina y Jesús Cano, mientras que Antonio Enrique se ha encargado de redactar un más que interesante prólogo.

Presentación
Estos tres nombres, junto con el presidente del Banco de Alimentos, Antonio López-Barajas, presentarán la antología el próximo día 20 de enero, lunes, en el salón de actos de la Biblioteca de Andalucía de Granada, calle Profesor Sainz Cantero 7. Pero está previsto que intervengan algunos de los autores presentes, dado el interés de los promotores en poner no sólo nombre y apellidos sino también rostro humano a este acto solidario.
Durante la presentación se venderán ejemplares de la obra, pese a ser un libro digital. Ello será posible gracias a unas tarjetas  con las que bastan un código y una contraseña par que el comprador pueda descargar fácilmente el libro tanto en sus dispositivos de lectura, como en su ordenador o smartphone. La obra se presenta en formatos mobi y epub, los más comunes en el mercado, así como en una versión PDF. El precio de la obra, de 281 páginas, será de 4,5 euros. Para adquir el libro on line, visitar la siguiente dirección: http://transversales.es/transversal/TransBooks/TransBooks/Publicaciones/Entradas/2013/12/13_Cuentos_Engranados.html

Añadir leyenda

Intenciones
Esta antología de relatos nace con una doble intención: la primera, el deseo de los más de 50 autores que participan de contribuir, en la medida de lo posible, a paliar la terrible situación de desamparo que sufren muchas personas en nuestra ciudad y su provincia, una de las más castigadas por el desempleo. De esta edición digital, el Banco de Alimentos obtendrá aproximadamente el 70 por ciento de las ventas, es decir lo que ceden lo mismo autores que editorial, descontando del total únicamente el coste que supone poner el libro a la venta en Internet. 
Tal generosidad puede resultar paradójica dado el escaso rendimiento que se deviene de escribir y los muchos sinsabores que conlleva. Pero no se trata de un acto de caridad mal entendida sino de pura solidaridad. Gracias a estas palabra, además de comprar alimentos se espera también dar un toque de atención sobre la necesidad de cambiar la desastrosa inercia a la que nos ha abocado la crisis, según la cual la prioridad de los poderes públicos no es auxiliar a los débiles, como sería su obligación, sino a los más fuertes. No deberían ser nlos escritores y otros ciudadanos, empresas y asociaciones quienes salieran al paso de la miseria sino las diferentes administraciones que se arrogan como representantes de la voluntad popular.
De otro lado, esta antología nace del interés común tanto de Carolina Molina (que sembró la semilla de esta antología) como de la editorial Transbooks de aunar en un volumen, y con Granada al fondo, a algunos de los mejores escritores del género corto que hay actualmente en España, tanto granadinos como foráneos.
Se ha pretendido, pues, con esta antología, tomar el pulso literario, tanto a la ciudad de Granada como al genero cuentístico; y hacerlo con medio pan y un libro, tal como pedía otro granadino, Federico García Lorca. Sin más pretensiones.

Alhambra inadvertida: Al borde del Extasis

Sueño, fantasía, visión maravillosa, belleza indescriptible... son algunas de las palabras que pueden pasar por la mente de quien contempla,...